Este jueves: ¿Odias la envidia, los celos, la mentira, o algún otro pecado capital? El tema pretende que contemos una historia con un personaje que encarne algunos de esos defectos o virtudes que tan seriamente gustan o disgustan.
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¿Algo nuevo sobre el caso Petrolazko? - preguntó Clark.
- Nada.- Respondió Louis Lane, saliendo de su cubículo con una carpeta roja.
- ¿Estas evadiendome…? - cuestionó sentado desde su escritorio arqueando una ceja. - Porque debía de hacerlo. - replicó medio sonriendo.
Louis se dirigió apresuradamente hacia la oficina del editor en jefe y le mostró pruebas recolectadas en su investigación. No podía dejar pasar la oportunidad que prácticamente estaba en sus manos.
- Señor Taylor, concédame la autorización para la cobertura de este caso. Estoy segura de traerle una primicia exclusiva. - dijo, mientras le daba la carpeta con su información.
Perry se quedó en silencio por unos instantes y arrugando el ceño no muy convencido dijo:
- Es una investigación peligrosa. Estaba pensando en asignar a Clark para este caso. - Louis lo interrumpió de inmediato.
- Estoy entrenada para situaciones peligrosas. ¿Acaso olvida quien fue mi padre? - refutó decidida.
- De acuerdo. Pero irá contigo como asistente. - replicó justo al tocar el interfono para llamarlo.
- ¡No es necesario! Cualquier cambio entorpecería mis planes. - insistió. Louis presumía de ser la mejor reportera del Daily Planet, trabajo que desempeñaba con pasión. Pero a la vez, fracturado en ocasiones por celos y competencia que le generaban sentimientos hostiles entre sus compañeros.
- Gracias, Mr. Perry. - dijo Louis sonriendo y salió como rayo al famoso Instituto de Estética Corporal.
Louis tenía meses de haber logrado infiltrarse en el Instituto como asistente de Boris Petrolazko. Con las técnicas criptográficas que aprendió de su padre, había recolectado bastante información relativa a factorías clandestinas y códigos en clave. Estaba a punto de descubrir el lado oscuro de la crema SINFULNESS para rejuvenecer.
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