Este jueves: la propuesta es: elegir una frase de un puzzle donde tienen que aparecer los siguientes temas: "Una actriz en decadencia. Nadie la llama porque con la edad ha perdido su belleza y no ha sabido reciclarse como actriz madura" "Un luchador de sumo que se prepara para el combate de su vida" "Una piscina en el atardecer"
- ¡Luz, cámara... y acción! -
- ¿Otra vez tu? - preguntó Cloe, fumando un cigarrillo.
- En mejor versión. ¡Mira estos músculos! ¡Lindos verdad nena! Además soy vegetariano. - respondió Wagner, flexionando ambos brazos.
- ¿En serio? vaya si hemos cambiado. También deje de ser la niña tonta que engañaste hace años. - respondió seriamente.
- Ya veo. Eres toda una mujer, voluptuosa, sensual. - dijo con ronca voz, al tiempo que besaba su aperlado cuello. Ella se agacho, para dejarle ver su generoso y torneado trasero.
- ¡Yay! No me provoques mujer - replicó con ojos iracundos.
- ¡Corte! !corte! - vociferó el director artístico después de tres largas tomas.
- ¡No! !No! que patética actuación. ¿Qué te pasa, Cleo? !Maldición! !has perdido el sexappeal mujer! Por eso nadie te contrata. - bufó, tirando el guión y los lentes.
Cleo humillada fue a su camerino, se puso la bata de satén y corrió hacia la orilla de la piscina. Se quedó parada frente al espectáculo del ocaso, mientras incontables lágrimas deshacía el excesivo maquillaje de ramera. Una depresión la estaba llevando a un inminente declive. Nadie la quería contratar, ya que no conseguía papeles protagónicos, o buenas ofertas, simplemente ordinarios.
De pronto, escuchó una voz conocida.
- ¿Hola, cómo estás? -
Cleo secó las lágrimas de su demacrada cara, opaca y sin vida, y se giró. Una enorme masa de carne vistiendo un leotardo color rosa estaba parada frente a ella.
- !Kaomi! Que gusto verte de nuevo. Pensé que te habías ido a japón. - preguntó asombrada.
- ¡No! Me quedaré en América. He firmado un contrato por varios anos, la paga es excelente - respondió con un guiño de ojo.
-No sabes cuánto me alegro, amiga.
Los enormes brazos de la chica la abrazaron.
Kaomi era una famosa luchadora de sumo que conoció en el país Nipón. Con los años llegó a ser su mejor amiga. Tanto, que nunca se perdía una sola pelea. Le admiraba ver como se machacaba con sus contrincantes; a la espera de hacerle perder el equilibrio y sacarla del ring.
- Vamos, seca esas lágrimas. Te traigo buenas noticias.
-De qué trata. ¡No me digas que te vas a casar! -dijo, con brillo en los ojos.
- Es algo mucho mejor. Me dijo un pajarito que el desgraciado director tenía problemas económicos con la película, y que estaba a punto de irse a la bancarrota. Aproveche esta oportunidad para dejarle saber si estaba interesado en vender la producción.
- ¿Como así? ¿Estas hablando en serio? - respondió la actriz muy sorprendida.
-Así como lo escuchas. Por lo tanto, decidí invertir mis ahorros en este tipo de negocio. ¿Qué te parece? - concluyó.
-¡No puedo creerlo! O sea que eres la dueña absoluta de la producción Divas del Bosque. - dijo con seriedad.
-Somos las dueñas, ya que somos socias.
El rostro de Kim casi de apagada belleza se iluminó con gesto de felicidad y agradecimiento.
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