ELDE - reto 8

Usar una escena romántica de una película que sea reconocida y darle un giro sorprendente para cambiar totalmente esa historia. [La película que me inspiró este relato es: El Diario de Noah, Notebook en su versión inglesa]


Seabrook, Carolina del Sur 1947

Después de pasado el tiempo Noah no se dio por vencido, jamás quiso renunciar al amor que sentía por Allie Hamilton. Entre tanto, terminó de arreglar la casa que compró para ella y se quedó esperando un futuro incierto. Sus noches de soledad lo dejaron confuso y al no encontrar sentido a su vida, quiso vender la casa. Pero siempre encontró cualquier excusa válida para no aceptar las ofertas de compra.

Una tarde, las cortinas se voltearon con un aire particular que le trajo imágenes, de aquel cuerpo, labios y hasta su olor. Unos golpes a la puerta lo sacudieron profundamente. Cuando abrió, allí estaba ella, Noah no dijo nada. Allie hizo lo mismo. Estuvieron unos minutos manteniéndose las miradas hasta que ella rompió el témpano de hielo.

- Hola Noah, que, ¿pensabas que no te iba a encontrar? - dijo.

De su boca salieron miles de mariposas volando, en busca de su libertad. De nuevo el destino quiso tomar protagonismo. Noah la recibió tranquilo, una sonrisa maléfica asomó a su rostro, eso le explico que por fin su historia de amor al fin iba a terminar. Ella comenzó a moverse de un lado a otro, nerviosa y angustiada. El no supo qué más decir, se sentía gélido y de pronto sin sentimientos.

- Al fin pude leer tus cartas. - dijo, mirándolo fijamente y acercándose a él.

- Ya es muy tarde. - respondió, inquieto, ofuscado.

Durante un rato, volvió el silencio sepulcral y ominoso, tenso como los últimos instantes antes del saludo. Su mente colapsó a muchas interrogantes. Demasiadas pasiones perdidas. Lágrimas derramadas, ira contenida. Había tenido que vivir en completa soledad. ¿Qué debía hacer? ¿Por qué su corazón de pronto, dejó de necesitarla tanto?.

- Te extrañe mucho, Allie. - le dijo con palabras susurradas al oído, al acercarse y abrazarla fuertemente. Fue lo que dictó su corazón, que lo tenía amarrado de por vida a esa obsesión.

- Yo tambien te extrañe Noah. - susurró, con cierto miedo, sin apartar la vista de el.

La melancolía y la tristeza le estaban jugando la peor pasada en aquellos momentos en que, más fuerte necesitaba sentirse. Como cascada, se le vino a la mente todos los recuerdos que juntos habían vivido durante aquel poco tiempo. Pero pronto, retomó la compostura.

- Solo vine a despedirme de ti. Me caso en una semana. - dijo, con trémula voz.

- Felicidades. - respondió, sin apartar la vista de aquella mujer, a la cual había sucumbido a su embrujo.

Una cruel sonrisa se dibujó en sus labios, su mirada se torno abrumadora. Allie Hamilton sacó de su bolso el paquete de cartas y lo puso en la mesa. Acto seguido, salió por la puerta diciendo adiós, sin volver su mirada. Él, sonriente, confiado, empuñando su arma, corrió tras ella y, en un acto de reflejo disparó el revólver que la hirió mortalmente. Enseguida, apuntó el arma a su sien y se disparó cayendo a su lado.


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